La belleza del fracaso. El fracaso de la belleza

Exposición temporal

Fechas

En el marco del Fórum Universal de las Culturas 2004, la Fundación Joan Miró presenta La belleza del fracaso / El fracaso de la belleza , una exposición comisariada por Harald Szeemann en torno a los grandes sueños, las utopías, que se nos aparecen magníficos en el plano abstracto y que acaban fracasando cuando se los quiere llevar a la realidad porque presuponen una sociedad totalmente nueva, ideal, que difícilmente puede existir.

Harald Szeemann, crítico e historiador del arte, es, desde hace más de cuarenta años, "productor de exposiciones", como le gusta autoproclamarse, y ha sido director de la Kunsthalle de Berna de 1961 a 1969, director de la Dokumenta de Kassel 5 y de las ediciones 48 y 49 de la Bienal de Venecia. Se ha convertido en el paradigma del comisario independente y algunas de sus exposiciones han sido un referente de la historia del arte del siglo XX.
La muestra hace un recorrido por las grandes utopías, desde el anarquismo del siglo XIX y su reflejo en la Barcelona de la guerra civil, y la utopía de la obra total, hasta la utopía social de finales de los años sesenta. En el ángulo opuesto se localiza el arte de las generaciones actuales, que desconfían de las utopías en general y que se interesan por la experiencia individual, los conceptos de amor, educación, deporte, vida y muerte, sin entrar en la crítica social directa, a pesar de que reconocen que ho puede existir arte sin unas determinadas raíces.

La exposición quiere evidenciar la contradicción entre la visión utópica del individuo, del artista, de la ética del presentimiento, y el arte que nace de un individuo que expresa lo que siente, incluidas la manera de relacionarse con su cultura y con los demás, y que se interroga sobre el multiculturalismo y la globalización: la arrogancia de las potencias occidentales, la radicalización del Islam y la ambición económica, política y militar de China condicionan la vida contemporánea.

El artista se protege mirando a las situaciones más cotidianas como alternativa ante la dimensión de un fracaso estrepitoso.