Chemi Rosado Seijo. Tapando para ver

Fechas
Comisariado
Michelle Marxuach
Rastros radiográficos 280 días, 280 movimientos La obra Tapando para ver, de Chemi Rosado Seijo, se asemeja a un gran juego de ajedrez en el que cada movimiento es una pieza que destapa lo que se mantenía oculto. Pero, como en todo movimiento, una vez realizado, los impactos son posteriores y muchas veces ocurren en el inconsciente. Con este planteamiento, Chemi Rosado Seijo pone al descubierto cosas que, encubiertas por varios motivos, pasan inadvertidas debido al atestamiento de los medios de comunicación, en los que las palabras y las imágenes juegan con el poder del inconsciente, acarameladas por el poder de la repetición. Tapando para ver comienza con 280 días de trabajo, de intervenciones, de descubrimiento y de almacenamiento de las notas publicitarias halladas por el artista en medios de comunicación de masas. Modificadas con dibujos al carboncillo, estas notas solo dejan ver parte de la información y después son colocadas como si fueran collages en periódicos, tablones públicos de anuncios y programación televisiva y radiofónica, y distribuidos en el entorno público. Como ocurre en una jugada, en apariencia inofensiva, ejecutada sobre el tablero de ajedrez, constantemente estamos expuestos a ataques en masa que nos pasan desapercibidos. Rosado Seijo rescata estos movimientos y los expone, cubriendo todo lo superfluo al efecto punzante del objetivo comercial, tales como manipulaciones que llaman a la acción (llama, pregunta, ahorra, acelera), manipulaciones excéntricas (diviértete, únete) y valores comerciales (libertad, patria). De esta forma, se nos hace más evidente lo que está presente pero que parecería estar ausente. Estos productos, a su vez, son organizados en unos grandes quioscos comerciales, que ponen a la venta esta influencia, construidos para que el vendedor pueda proseguir el viaje y proveerse de nuevas propagandas. Se trata, pues, de que la propaganda se venda a sí misma, creando un círculo eterno en el que se recicla autoproveyéndose de perpetuidad, lo que demostraría que «incluso la cultura se vende», como el propio artista nos diría, y que los mismos medios son para los medios y no comunican, sino que controlan. Estamos, pues, ante tres contradicciones: esconder para destapar, almacenar para distribuir y vender lo que vende. La obra de Rosado Seijo revela una radiografía que retrata en tiempo y espacio los movimientos estratégicos de un juego comercial y, de este modo, nos permite acceder a nuestra condición interna, a lo que ingerimos y al efecto que esto tiene en nuestra existencia. Se trata, al fin y al cabo, de refinar nuestra mirada para reflexionar sobre la contradicción de la propia realidad, del interior y del exterior, y de construir una biografía antibiográfica que nos lleva a pensar en la construcción de la sociedad de hoy, en los medios de comunicación y en los nuevos poderes creados que crean, y en cómo reaccionamos ante esta realidad. Por último, este proyecto recoge el comienzo de un testimonio muy personal e íntimo de cosas que han impactado en la mirada diaria de un individuo durante 280 días y en las que hace un señalamiento, nos deja un rastro. Michelle Marxuach