«Para mí, un árbol no es un árbol, algo que pertenece a la categoría de lo vegetal, sino algo humano (...) Un personaje que habla, que tiene hojas. Inquietante incluso. A veces, pongo un ojo o una oreja en los árboles. Es el árbol que ve, que oye.» Joan Miró

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Joan Miró se relacionaba de tú a tú con la naturaleza; la humanizaba. Pintaba ojos y orejas a los árboles. Les daba un alma y les hablaba. Sus obras nos dan pistas de las conversaciones que podría haber tenido con ellos.

Durante el paseo por Montjuïc, observa los árboles, plantas, flores o rocas del camino. Algunos te llamarán la atención: fotografíalos. Registra en qué lugar del parque viven, qué día os habéis conocido, graba el sonido del momento... ¿Quizá os habéis dicho algo? Haz un mapa de la naturaleza despierta de la montaña y sitúa en él a sus habitantes.