Maestros del collage. De Picasso a Rauschenberg

Exposición temporal

Fechas

En el otoño de 1912, utilizando solamente unas tijeras y unos impresos de propaganda comercial que pegaban a sus dibujos, Georges Braque y Pablo Picasso inventaron el collage y alteraron para siempre la forma en que se hacía y se recibía el arte. Artistas de toda Europa y de Estados Unidos reconocieron inmediatamente el gran potencial de la nueva técnica. En Italia, los futuristas, partidarios de la Primera Guerra Mundial, se sirvieron del collage para captar la furia de la batalla y ensalzar el ritmo dinámico de la vida urbana. En Alemania y Suiza la guerra llevó a la desilusión y al nacimiento del movimiento dadá. Los dadaístas berlineses George Grosz, Johannes Baader y Hannah Höch concibieron el fotomontaje como un medio de protesta contra el orden social y político. Por otra parte, en la nueva nación soviética, los artistas Liubov Popova, Gustav Klutsis, Lazar El Lissitzky, Alexander Rodchenko, Nikolai Sidelnikov y Solomon Telingater utilizaron el collage y el fotomontaje para celebrar los objetivos progresistas de la nueva nación.

A diferencia de estos primeros movimientos, el surrealismo, fundado en París en el año 1924, se inspiró en el inconsciente como fuente esencial del arte y de la vida. Max Ernst, René Magritte y Joan Miró pegaron imágenes aleatorias para crear una nueva poesía visual extraída de las partes más recónditas de la mente. Después de la Segunda Guerra Mundial, los artistas europeos Jean Dubuffet, Antoni Tàpies y Joseph Beuys trabajaron con materiales rudimentarios que reflejaban la cruda realidad de una Europa devastada. Inspirándose en los surrealistas, los estadounidenses Joseph Cornell, Franz Kline, Willem de Kooning, Robert Motherwell y Jackson Pollock experimentaron nuevos caminos en el arte basados en el inconsciente. Para todos ellos, recortar, rasgar, pegar y superponer materiales mejoraba el sentido de la improvisación y la libertad de ejecución, dos elementos decisivos en su proceso creativo. A mediados y finales de la década de 1950, Robert Rauschenberg y Jasper Johns desviaron la atención del espectador desde la psique del pintor hacia el mundo cotidiano utilizando términos vernáculos para plantear el significado del arte y su relación con la cultura que lo producía. Para ellos, como, de hecho, para todos los artistas que trabajan con este medio, el collage es la técnica que mejor permite cuestionar una visión ortodoxa tanto en el arte como en la vida.