Barcelona. Espacios y esculturas (1982-1986)

Fechas

Barcelona. Espacios y esculturas (1982-1986)

Crear o reordenar un espacio urbano puede conllevar la génesis de un nuevo paisaje que se convierta en símbolo. A menudo este fenómeno se produce sin premeditación de sus autores. Pero puede ser también un fenómeno intencionado. El Ayuntamiento de Barcelona ha tomado este camino.

Efectivamente, la política urbanística reciente en Barcelona se ha propuesto una deliberada integración de la necesidad de regenerar la ciudad, en especial sus zonas periféricas, y la atención a la expresividad artística de los proyectos. Expresividad a la que se llega por una doble vía: cuidando la calidad del diseño arquitectónico e incorporando piezas escultóricas en los espacios.

Estos propósitos han llevado a generar una serie de parques, plazas y vías urbanas que poseen la dimensión simbólica ya desde el principio. No han sido los años ni las costumbres los que la han generado lentamente, como sucede la mayoría de las veces: han sido una voluntad política y una voluntad estética las que, eligiendo los lugares y los proyectos, han permitido la sorprendente y espectacular irrupción de estos nuevos emblemas.

No obstante, la ciudad ha ido creciendo hasta volverse inalcanzable. Vivimos en parcelas limitadas, y son muchas las calles y plazas que ignoramos y que tal vez nunca pisemos. Este conjunto de proyectos puede quedar afectado por esa inalcanzabilidad. De ahí el impulso para reunir en una exposición una muestra representativa del proceso emprendido. Para permitir llegar a una idea global de ese proceso. Para facilitar el contraste entre los proyectos. Para mostrar la acción emprendida por Barcelona a otras ciudades que pueden habernos precedido o bien que pueden fijarse en nosotros como ejemplo y estímulo. Para hacer llegar esos proyectos no solo a los especialistas en arquitectura y urbanismo, sino a todas las personas interesadas en la cultura urbana, en la proyección social de la creación artística.

El Área de Urbanismo y Obras Públicas del Ayuntamiento de Barcelona y la Fundació Joan Miró consideraron que merecía la pena crear esta exposición, y han procurado hacerla interesante y a la vez atractiva: ilustrativa, pero también gratificante. Se han invertido grandes esfuerzos hasta llegar a este conjunto de fotografías, planos, maquetas, dibujos y esculturas que reflejan unos proyectos urbanísticos con una misma intencionalidad: mejorar la calidad del paisaje urbano.