Miró sculptor

Fechas
Comisariado
Gloria Moure

Miró escultor

La Fundació Joan Miró tiene el honor de presentar en Barcelona la exposición Miró escultor, con la que prosigue su trayectoria encaminada a estudiar y difundir la obra de Joan Miró.

Aparte de las exposiciones de verano, con las que todos los años la Fundació pone al alcance del público una selección representativa de sus fondos, la institución ha organizado varias muestras monográficas con el propósito de profundizar en el conocimiento de la creación de su fundador —dibujos, obra gráfica, las pinturas de los años veinte, etc.—. Ahora, con Miró escultor, queremos centrarnos en un aspecto de la creación mironiana que, pese a no ser desconocido, se ha estudiado poco: su obra en tres dimensiones.

Si bien todas las técnicas que Miró trabajó le sirvieron para ampliar su campo expresivo, la escultura en concreto significó la posibilidad de superar las limitaciones de la obra bidimensional, de abandonar, cuando lo creyó oportuno, el uso del color y crear formas a partir del volumen, ya fuera moldeándolas con sus propias manos o basándose en el objecto encontrado.

Los antecedentes más remotos de las esculturas de Miró habría que buscarlos en aquellos dibujos de tacto —de los cuales se conservan dos ejemplares en la Fundació Joan Miró— que Joan Miró hacía en las clases de Francesc Galí, el maestro que vendaba los ojos a sus alumnos y les mandaba dibujar objetos que solo conocían a través del tacto. Desde aquellos dibujos hasta las últimas esculturas que hizo cuando ya se acercaba a los noventa años, toda la creación escultórica mironiana hace patentes las extraordinarias dotes creativas e imaginativas de Joan Miró, que en cierta ocasión llevaron a su amigo Joan Prats a exclamar: «Cuando yo cojo una piedra, sigue siendo una piedra; cuando la coge Joan Miró, se convierte en un Miró».

Las esculturas realizadas entre 1930 y 1975 que, junto con los correspondientes dibujos preparatorios, integran la muestra Miró escultor han sido agrupadas temáticamente según la textura, el color, la monumentalidad y el uso de los objetos residuales. Hay que exceptuar, no obstante, las construcciones de los años treinta, que se presentan respetando el orden cronológico. Se trata de ciento seis piezas en total que no solo permiten al espectador captar la evolución que, a partir de unos planteamientos muy próximos a la pintura, siguió la obra en tres dimensiones de Joan Miró, sino que, además, dan idea de la consistencia e importancia de la escultura en el contexto de la creación mironiana.

Aunque más de la mitad de las obras expuestas son propiedad de la Fundació Joan Miró, esta muestra no habría sido posible sin la colaboración de otros museos, coleccionistas particulares y galerías. A todos ellos deseamos expresarles nuestro más sincero agradecimiento.

Muy especialmente, queremos dar las gracias al Ministerio de Cultura, impulsor de esta exposición, que fue presentada en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid y que próximamente podrá verse en el Museum Ludwig de Colonia.

Fundació Joan Miró

Enero de 1987