La Fundación Joan Miró y el Museo Picasso de Barcelona, coincidiendo con la celebración del 50.º aniversario de la muerte de Pablo Picasso y el 40.º de la de Joan Miró, presentan la exposición Miró-Picasso

El hilo conductor de la exposición parte de dos conceptos esenciales: por un lado, la amistad que mantuvieron a lo largo de su vida Joan Miró y Pablo Picasso, que se puede apreciar en obras y documentos que recogen sus encuentros, coincidencias y divergencias en el terreno artístico, y de la otra, su reconocimiento en Barcelona, que se materializó en el legado que los dos dejaron en la ciudad en forma de museos monográficos que llevan su nombre.

Para poder mostrar estas ideas clave, la exposición pone el foco en aquellos momentos en que Miró y Picasso mantuvieron una relación personal o profesional, empezando por el año 1917, en qué Picasso vuelve a Barcelona para representar el ballet Parade al Gran Teatro del Liceo. Otros momentos determinantes en este camino de encuentros fueron su encuentro a París el 1920, las exposiciones en que los dos participaron a lo largo de las décadas de 1920 y 1930, y su colaboración al Pabellón de la República Española a la Exposición Internacional de París en 1937. Finalmente, la exposición pone de relieve como esta amistad se consolida en los años de la Guerra Civil española y se intensifica al final de sus vidas, a pesar de que sus trayectorias evolucionen en muchos aspectos de manera diferente, especialmente después de la Segunda Guerra Mundial.