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Chillida: esculturas
Segunda nota de prensa
Exposición a partir del 16 de enero
Chillida (1951-1985)
El próximo 16 de enero se inaugurará en la Fundació Joan Miró la exposición del escultor vasco Eduardo Chillida. Un total de cuarenta y seis obras hechas con diferentes materiales –hierro, hormigón, alabastro y terracota– integran la muestra de este gran artista de merecido renombre internacional.
La selección que se presenta en nuestra ciudad incluye desde su primera escultura en hierro, Ilarik, de 1951, hasta las que ha realizado recientemente, en 1985. La mayor parte de este conjunto estuvo presente en la muestra Europalia’85, en el Palais des Beaux-Arts de Bruselas.
El extenso número de obras de esta exposición y su particularidad se traducen en un conjunto que es plenamente significativo de la constante búsqueda y creatividad de Eduardo Chillida a lo largo de los últimos treinta y cinco años, un artista cuya personalidad y significación lo sitúan en un lugar eminente dentro del arte contemporáneo. Con razón ha sido uno de los escultores contemporáneos más galardonados a nivel internacional: ha recibido desde el Premio de Honor de la Trienal de Milán (1954) o los premios de la Bienal de Venecia (1958) y Rembrandt (1975), entre muchos otros, hasta el reciente Premio de la Fundación Wolf de Tel-Aviv, Israel (1985), otorgado por primera vez a la obra de un escultor.
En esta exposición, que podemos considerar una de las más completas, se presentan, además de Ilarik (1951), Yunque de sueños IX (1959) –en hierro y madera–, Modulación del espacio I (1963), Elogio de la arquitectura II (1972), Gudari (1974-1975), Lo profundo es el aire (homenaje a Jorge Guillén, 1983) –estas últimas en acero–, Mendi huts (Montaña vacía, 1984) –en alabastro– o Lurra (Tierra, 1985) –en terracota–, por citar solo algunas. Se trata de piezas de varios formatos, grandes y pequeñas, muchas de ellas constituidas por una gran masa sólida que oscila entre las dos y las tres toneladas y que en algún caso espectacular llega a los 7.000 kilos.
Uno de los aspectos más cautivadores que percibe el visitante al encontrarse ante las obras de Chillida es la calidad de su fuerza atractiva y la sugerencia y el estímulo de las nuevas preguntas que la visión de la obra obliga a formular. Chillida es un artista de una abundancia creativa inagotable, capaz de conducir su obra por un camino de descubrimientos permanentes, lleno de sensaciones e ideas materializadas con una exactitud artesanal. En sus obras, el núcleo esencial es el espacio: punto de partida y origen, a la vez que límite. «El límite es el verdadero protagonista del espacio, al igual que el presente, otro límite, es el verdadero protagonista del tiempo», dice el escultor.
Las esculturas de Chillida son manifestaciones de una realidad originada por ese elemento, el espacio, que en su obra adquiere una doble vertiente: por una parte, el espacio definido hacia fuera de la masa escultórica –el espacio exterior–; por otra, lo que él denomina «espacio interior», de una fuerza tan o más intensa, delimitado por la propia materia de la que está hecha la obra. «Espacio interior, consecuencia y origen, todo a la vez, de los volúmenes positivos exteriores», explica. El espacio interior es energía prisionera en cada forma. En esta manera de abordar el espacio, encontramos algunos de los conceptos más fundamentales de la existencia humana, material, en sus nociones plásticas y filosóficas: masa / espacio vacío, arriba/abajo, hacia dentro / hacia fuera, etc. Chillida se caracteriza por su fuerte e intensa meditación racional ante los fenómenos de la existencia, expresados, con gran lucidez, a través de su materialización en obras escultóricas. Establece un diálogo o, mejor dicho, un lenguaje de las formas. Sin embargo, no hay que olvidar su actitud ante los materiales: el uso del hierro, la madera, el mármol, el alabastro o la terracota y la extrema profesionalidad de artesano con la que trabaja al fundir y martillear el hierro, acodar y torcer el acero macizo o cortar, barrenar y pulir la madera.
Chillida ha encontrado una tercera vía en la escultura, entre el clasicismo de la escultura en masa bajo forma humana y la construcción de volumen no figurativo que puede basarse en la matemática. Es el suyo un lenguaje racional con la materia, cargado de fuerza y energía, y con contenidos tan espirituales como el espacio, la luz, el aire, el viento, la música o la existencia.
La exposición se inaugurará el próximo 16 de enero a las 19.30 horas y podrá visitarse hasta el 2 de marzo en la Fundació Joan Miró. Como actividad complementaria, con motivo de la exposición se proyectará el filme Chillida at home: a portrait, de Laurence Boulting (en su versión inglesa), para las personas y grupos interesados (es necesario concertar cita previa por teléfono).
Barcelona, 9 de enero de 1986
